viernes, 12 de diciembre de 2014

El neoliberalismo los saquea y cuestionan al progresismo

Pareciera que las cargas tributarias son injustas según desde donde provengan para el sector agropecuario o por lo menos para los dirigentes que dicen representarlos. Si las mismas la establece un gobierno progresista con fines distributivos las mismas son consideradas injustas, pero cuando son establecidas por un gobierno neoliberal se consideran necesarias y son aportadas silenciosamente sin salir a la ruta, sin intentar desestabilizar, a pesar que por lo bajo digan que les molesta que le metan la mano en el bolsillo.

José Manuel de la Sota llegó al gobierno provincial con la promesa de no aumentar la carga impositiva a los cordobeses, donde les mantuvo el Impuesto Inmobiliario Rural y no aumentó los jury para que no tengan que realizar mayores aportes al gobierno nacional, pero creo el Fondo de  Mantenimiento de la Red Firme Natural, Fondo Rural para Infraestructura y Gasoductos, Fondo de Consorcio Canalero, Fondo de Infraestructura para Municipios y Comunas, lo que significó para el bolsillo de los productores agropecuarios un saqueo superior al mil por ciento de lo que venían aportando y finalmente les impuso la Tasa Vial al gasoil que utilizan para producir, sin embargo no salieron a manifestarse en contra de las abusivas imposiciones, sino que todo lo contrario pareciera que lo pagan con placer por venir de un gobierno liberal que acumula para unos pocos desangrando a quien produce.
Gravar el combustible que es utilizado por los productores agropecuarios para el funcionamiento de las maquinarias dentro de su propio campo, es directamente un impuesto a la producción, porque se está cobrando una tasa sin prestar de manera efectiva un servicio, porque para arar, sembrar, cosechar, ordeñar, no utilizan la red vial, significando un alto aumento de costos productivos, pero a la luz de los hechos, pareciera que no es considerado de esta manera, como si, lo consideran con las retenciones a los granos, por el solo hecho de ser establecidas por el gobierno nacional.
No se entienden las razones por la que aplauden a quien pregona que quiere desarrollar la producción en todos sus niveles y por el otro lado les aplica normas tributarias rebuscadas, cuestionadas constitucionalmente, que solo tienen como objetivo recaudar más, para cubrir el creciente déficit, generando un fuerte deterioro no solo a la producción agropecuaria, que en nuestra región supera largamente los 10 millones de pesos el aporte que realizarán para el 2015, sin que reciban ningún servicio por el dinero que le extraen, sino que además provocó la caída de venta de gasoil en la provincia y el aumento de precios en los productos.
Desde la Federación Expendedores de Combustible de Córdoba manifiestan que los productores esquivan comprar en Córdoba, señalando que hay casos en que compran cisternas completas que paradójicamente son llenadas en Monte Cristo a través de estacioneros de otras provincias para ser utilizados en nuestra provincia, por ser los combustibles en Córdoba los más caros del país, generando un grave perjuicio a la actividad, sumado a que los camiones, tampoco cargan en las estaciones de la provincia de Córdoba, provocaron una alta caída en las ventas.
Por otra parte genera un aumento en el precio final de los insumos que son utilizados para producir como consecuencia de los mayores costos en la logística que debe afrontar la industria y el comercio por la tasa vial, provocando caída en la totalidad de las actividades al restar competitividad, sobre todo a quienes están radicados en poblaciones limítrofes como las nuestras.
En lugar de cuestionar el déficit provincial, la falta de austeridad en el manejo de las cuentas públicas, el decrecimiento por la inflación provocada por la tasa vial, como se lo hace con el gobierno nacional ante las retenciones, los productores que adhieren al neoliberalismo aceptan por parte del gobierno provincial el engaño como excusa, dejando ser sometidos al saqueo para defender al sistema capitalista a cualquier precio, transformándose en protagonistas de la autodestrucción de sus unidades productivas para el aprovechamiento de los grandes grupos económicos, pero sigue obteniendo un mayoritario apoyo gobiernos neoliberales que aplican siderales tasas e impuestas, mientras se cuestionan las medidas que apuntan a la recuperación de derechos de todos los sectores. Una incongruencia que logra el capitalismo imperial poniendo a su servicio el trabajo y la producción de la mayoría, alegremente aceptado y apoyado.

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